Retos del profesorado en la formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios en el contexto actual
Retos del profesorado en la formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios en el contexto actual

Introducción

En el contexto actual resulta un importante reto el perfeccionamiento de la educación, la cual debe enfrentar transformaciones  que propicien la satisfacción de las necesidades del sujeto y el mejoramiento de su actividad profesional a partir de las demandas de la sociedad en bien de todos sus ciudadanos, donde la capacidad de generar nuevo conocimiento en cualquier ámbito del saber humano se convierte en uno de los recursos esenciales de cualquier nación.

Al respecto Betto (2015) considera que “si se aspira a reinventar el futuro, se debe comenzar por revolucionar la escuela, transformándola en un espacio cooperativo en el cual convivan la formación intelectual, científica y artística; la formación de conciencia crítica; la formación de protagonistas sociales éticamente comprometidos con los desafíos de construir otros mundos posibles, fundados en la compartición de los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano”[1].

En esta dimensión, se ha definido que la misión de la universidad moderna, vista desde su acepción más general, es preservar, desarrollar y promover la cultura de la humanidad, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad.

Es propósito de la educación superior cubana el logro de un desarrollo cultural general y armónico, fortalecer el estudio y el conocimiento del entorno desde el propio desarrollo cultural para propiciar la formación ética y estética de los estudiantes, priorizando la utilización de las posibilidades que brinda la cultura local y garantizar que en la superación de los docentes y profesores esté presente su estudio.

Teniendo en cuenta estos elementos donde se reafirma el alcance de la misión de la universidad relacionada con la preservación, desarrollo y promoción de la cultura, se precisa valorar la importancia de los mecanismos de la promoción cultural en el contexto universitario para el logro de la formación integral de los estudiantes universitarios.

El proceso de promoción cultural en la universidad debe ser asumido como mecanismo que permite establecer una relación directa entre el producto cultural y la comunidad universitaria. Rebasará, entonces, las funciones estéticas, cognoscitivas, comunicativas o recreativas para tocar aspectos esenciales en el proceso de formación integral del hombre ya que cumple una importante función en el establecimiento de principios ideológicos y morales y en el enriquecimiento de su vida espiritual.

A pesar de la importancia que se le confiere a la formación de valores y a la promoción cultural en el proceso de formación de los profesionales en la educación superior cubana, las investigaciones realizadas así como la implementación de estrategias y aportes metodológicos, son insuficientes. Se considera que estos aspectos se han abordado de forma separada sin aprovechar la lógica integradora de ambos elementos que son síntesis y concreción de la esencia del proceso de formación de los estudiantes universitarios. No siempre se encuentra adecuadamente fundamentado el hecho de que la actividad educativa, y en concreto la universidad, puede proponerse el desarrollo integral del educando, al interrelacionar con un mismo fundamento epistémico y praxiológico, la formación de valores y la promoción cultural.

Se fundamenta la importancia de la orientación axiológico-cultural en la educación superior a partir de reconocer a los valores como síntesis de cultura y factor indispensable en los procesos formativos universitarios. Es innegable la presencia de fallos metodológicos relacionados con el enfoque sistemático y sistémico del proceso formativo universitario que no siempre ha tenido como componentes esenciales a la formación de valores y a la promoción de la cultura. La importante relación entre lo educativo y lo instructivo, entre lo curricular y lo extracurricular, desde una perspectiva desarrolladora, no se concreta adecuadamente desde la praxis pedagógica y didáctica.

Se parte, entonces, en el presente análisis de considerar la existencia de un problema referido a la necesidad de consolidar la perspectiva axiológico-cultural del proceso formativo universitario. Con este propósito, se asume como objeto de posicionamiento investigativo para solucionar dicha problemática: la dinamización de las estrategias de profesionalización del profesorado universitario.

La lógica de la investigación realizada tiene como objetivo valorar la importancia de la profesionalización cultural del profesorado universitario en la proyección axiológico-cultural de los procesos formativos universitarios desde procedimientos de gestión cultural de este proceso de profesionalización docente. 

Desarrollo

En las instituciones educacionales el proceso formativo tiene carácter intencional, planificado, organizado y sistematizador. Expresa las relaciones que se establecen entre la escuela y su entorno, así como las tendencias que prevalecen desde la pedagogía, la psicología y la filosofía en un contexto histórico social determinado.

Se coincide con López (2006) al considerar que “la tarea suprema de la educación es la humanización del hombre, la apropiación de los valores, de las costumbres, de las tradiciones, que en última instancia se produce por medio de la aprehensión de la cultura nacional y universal”[2]. Este reto implica facilitar el proceso formativo y el desarrollo integral, abarcando la dimensión humana y la promoción de la afirmación de la vida en todas sus formas, para ello es necesaria una sana transmisión de valores pues el desarrollo integral no es posible si no se incluyen los valores.

En la educación superior, el proceso de formación adquiere características propias, siendo esta uno de los motores del desarrollo social; depositaria y creadora de conocimientos y valioso instrumento de transmisión de la experiencia cultural y científica acumulada por la humanidad. En este contexto se precisa una nueva visión que combine las demandas de universalidad de la educación y el imperativo de una mayor pertinencia cultural y axiológica de sus procesos formativos para responder a las expectativas de la sociedad.

Por lo tanto, esta visión del proceso de formación en la educación superior se proyecta hacia la formación integral del estudiante en las diferentes carreras, en función del cumplimiento de objetivos que respondan a los requerimientos sociales generales y específicos de cada área del saber, desde posiciones humanistas.

Fuentes (2009) califica el proceso de formación de los profesionales como un sistema de procesos conscientes, de naturaleza holística y dialéctica. Destaca “la importancia de la formación humana, proceso donde se favorece el establecimiento de la relación entre la existencia y la esencia del ser humano desde su cimiento dialéctico, donde están presentes actitudes, comportamientos y valores éticos entre otros aspectos, que influyen en el desarrollo individual y social del hombre”[3].

Se asume, entonces, la noción de que tener una formación integral implica, ante todo, ser capaces de apreciar en alto grado los elementos de la cultura, las relaciones humanas, apropiarse de los valores formados a través de la historia, presentes en el pensamiento y las tradiciones de nuestro pueblo.

Los argumentos expuestos ubican a la cultura y los valores como aspectos fundamentales que irradian hacia todos los espacios universitarios y constituyen cimientos de la formación axiológico-cultural, que desempeña un importante papel en su dinámica e influye directamente en la motivación, comprensión, integración y dinamización de dicho proceso.

Los fundamentos teóricos de este proceso no han integrado suficientemente las posibilidades que brindan la cultura y los valores en un enfoque desarrollador  para alcanzar una educación humanista, se evidencian carencias epistemológicas que conllevan a prácticas esquemáticas. No se ha sido esencialmente consecuente al conjugar los componentes instructivos, educativos y culturales en un nivel que permita la formación de un profesional eficazmente preparado para enfrentar los retos y desafíos en el orden científico–técnico, en la misma medida que sea capaz de interpretar e insertarse en los procesos socioculturales más generales con creatividad y flexibilidad para ajustarse a realidades cambiantes.

Con frecuencia los enfoques quedan en una concepción teórica general por falta de propuestas metodológicas que profundicen en el cómo contribuir a formarlos. Existe, además, cierta confusión epistemológica a la hora de establecer definiciones exactas de los diferentes elementos que intervienen en el proceso de formación, donde lo axiológico y lo cultural se han abordado por separado.

Al ser el proceso formativo parte integrante de la realidad, los valores deben emanar desde cada dimensión de forma coherente e integrarse en una concepción holística como sistema, que tribute a la formación del estudiante. Teniendo en cuenta los argumentos anteriores, el proceso de formación de valores puede definirse: “… como un proceso esencialmente educativo, complejo, dinámico y multifactorial en el que deben tenerse en cuenta los diferentes elementos del sistema de influencias educativas en el proceso de formación y desarrollo de la personalidad”[4].

Se coincide en que la cultura representa el conjunto de valores espirituales que se manifiestan en las ideas, tradiciones, idioma, modos de actuación y se expresa además en los valores materiales creados por la sociedad. Rebasa las funciones estéticas, cognoscitivas, comunicativas, recreativas y toca aspectos esenciales en el proceso de formación integral del hombre, en tanto cumple una decisiva función en el establecimiento de principios ideológicos y morales, así como en el enriquecimiento de la vida espiritual.

Resulta muy esclarecedora la concepción de Prieto (1999), al conferirle “una importantísima misión a la cultura en la contribución a la reflexión ética que se necesita, al afianzamiento de valores y a la promoción del enriquecimiento espiritual imprescindible, lo que corrobora el fundamento de que para llegar al mejoramiento moral y humano que se precisa, no sólo se necesita excelencia o experticidad profesional, sino una formación cultural integral”[5].

A partir de los posicionamientos anteriores, se asume un concepto de cultura general integral que abarca de forma esencial la relación hombre-universo-naturaleza. Una cultura que “permita comprender el mundo en sus múltiples aristas, potenciando la capacidad transformadora del hombre a partir de su carácter sistémico”[6].  Es precisamente la universidad, el espacio idóneo para su preservación, desarrollo, difusión y creación, por la diversidad y potencialidades culturales que aporta cada carrera y la variedad de los contextos que confluyen en ella. Se fundamenta entonces la esencia de la universidad como “conciencia científica y cultural de la sociedad y como espacio de apropiación social e intencional de la cultura  desde la gestión sociocultural”[7].

Para el desarrollo de la cultura general integral en el proceso de formación de los profesionales es necesario fortalecer los vínculos entre educación y cultura. Uno de estos vínculos se manifiesta al asumir el concepto de institución cultural desde una perspectiva más amplia que integra los centros educacionales, reafirmando así el alcance de la misión de la universidad relacionada con la preservación, desarrollo, difusión y creación de la cultura. 

Se reconoce la necesidad de que las universidades se orienten a un desarrollo humano auténtico que solo es posible si se desarrolla una identidad cultural profundamente enraizada en su contexto histórico, social y cultural, ya que aunque no es la única institución que promueve cultura, ninguna otra institución social es capaz de acometer ese empeño con el grado de integralidad de la universidad moderna ya que por su propia esencia es promotora de la cultura.

En un intento de abordar con una mayor esencialidad los fundamentos axiológicos y culturales del proceso de formación de los estudiantes universitarios se encuentran nociones que resultan aportadoras en dicha proyección formativa, tal es el caso del tratamiento que se le ofrece a procesos tales como la formación humana, la formación cultural, la formación ético-axiológica, entre otros.

La formación cultural resulta también objeto de investigación para diferentes autores. Korotkova (2015) lo aborda desde las competencias culturales en los estudiantes como parte de la futura identidad profesional. Desde la extensión universitaria se realizan aportes  por González (2003), mientras que López (2015) realiza un acercamiento a la relación entre axiología y cultura en la universidad. Por su parte, Moréns (2009) aborda la formación cultural desde la comunidad universitaria, como “proceso transformador de los individuos, más allá de la simple transmisión de conocimientos actualizados, integrado al resto de los procesos y todos sus actores, permitiendo el desarrollo de un conjunto de cualidades personales y sociales que contribuye a la formación de profesionales capaces de responder a las necesidades de la sociedad”[8].

Los postulados teóricos anteriores fundamentan de una forma u otra la dimensión axiológica y cultural de los procesos universitarios. Sin embargo no resulta suficiente, pues se precisa una concepción integradora que interrelacione ambas dimensiones en una misma intencionalidad formativa. Se considera que estos aspectos se han abordado de forma separada sin aprovechar la lógica integradora de ambos elementos que son síntesis y concreción de la esencia del proceso formativo de los estudiantes universitarios.

La concepción del proceso de formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios parte del reconocimiento de los valores como síntesis de cultura y factor indispensable en los procesos formativos universitarios, desde una visión integradora de la cultura, con una esencia eminentemente humanista, que implica el respeto a las individualidades y a la diversidad de las formas de vida en función de su preservación y del mejoramiento humano Evidentemente, al enfocar la educación en su vínculo con la cultura, desde la óptica de los valores, se está reconociendo implícitamente una intencionalidad axiológico-cultural, destacando entre ellos los valores morales; así se puede deducir un vínculo entre la educación y la cultura a través de lo ético-axiológico y se deduce la idea de la educación como un proyecto ético y cultural.

Con todos estos referentes, se asume la formación axiológico-cultural como el componente del proceso de formación que sintetiza la interrelación entre la dimensión axiológica y cultural, cuyo propósito es desarrollar en los estudiantes la capacidad de responder y actuar ante los fenómenos de la realidad social y material, en concordancia a los valores y principios éticos, estéticos y morales de la sociedad a la cual pertenecen desde una proyección cultural.

Esta formación axiológico-cultural implicará que el estudiante como aspiración final, evidencie una actitud responsable y participativa ante los diferentes procesos culturales, desde un adecuado posicionamiento ético y estético. De esta forma será capaz de apreciar, preservar, desarrollar y promover adecuadamente el legado cultural en relación con su modo de actuación profesional.

Las propuestas curriculares deben ser concebidas, entonces, desde perspectivas enriquecedoras, esenciales, complejas, donde se integren sistémica y armónicamente las intenciones  educativas del profesor y los intereses organizados de los estudiantes, en que se desarrollen la motivación y la comunicación de forma sistemática. Estos aspectos se interrelacionan con la capacidad valorativa de los estudiantes, condición necesaria para que  puedan consolidar la apreciación de dichos valores culturales.

En este proceso son importantes las posibilidades que ofrecen el  diálogo, el intercambio de ideas, la reflexión conjunta, al posibilitar que las ideas sean interiorizadas y asimiladas en el logro de una mayor sensibilidad que les permita la apropiación y la concreción de este proceso valorativo y de apreciación desde la aplicación de los diferentes conocimientos, habilidades y valores en una práctica formativa sociocultural desde la lógica de los valores culturales de la profesión en relación con la apreciación del patrimonio cultural.

Se destacan los métodos problémicos, el trabajo independiente, el autocontrol y la autoevaluación, la vinculación de los contenidos con el modo de actuación profesional y la creación de tareas docentes integradoras de implicación personal, entendiendo por tal a aquellas tareas en que se modelan no sólo problemas o ejercicios que exigen la apropiación y aplicación de conocimientos, hábitos y habilidades, sino que también suponen la toma de posición en cuanto a problemas éticos relacionados con la vida presente o futura del sujeto y la participación de los estudiantes en los procesos culturales, por lo que será necesario tener en cuenta las potencialidades educativas del contenido de las asignaturas para interrelacionar las dimensiones  axiológica y cultural del proceso de formación de los estudiantes universitarios, teniendo en cuenta los requerimientos de  su modo de actuación profesional.

Para el logro de la motivación será imprescindible consolidar el protagonismo del alumno en el proceso de formación y la utilización de métodos pedagógicos que propicien el diálogo, el debate, el ejercicio del criterio con la argumentación correspondiente y la polémica sobre problemas relacionados con la preservación, desarrollo y promoción de la cultura. Esa lógica será entonces favorecedora de la valoración y apreciación por parte de los estudiantes del patrimonio cultural.

En relación con los contenidos de las diferentes asignaturas, deberán fundamentarse adecuadamente sus potencialidades axiológicas y culturales en vínculo con la profesión y con la experiencia de los alumnos, a través del trabajo con tareas que se derivan de los problemas profesionales que debe resolver en su esfera de actuación. Se propiciará la realización de actividades extradocentes en los que el estudiante tenga posibilidades de valorar, apreciar y apropiarse de los elementos más valiosos de la cultura.

En estas propuestas será de vital importancia asumir desde el currículo la participación y el compromiso del estudiante en su propio proceso de formación, como premisas indispensables para que la educación sea un auténtico proceso de desarrollo cultural integral de los educandos, desde una adecuada intencionalidad axiológica y cultural, por lo que será importante  promover acciones de participación sociocultural donde los alumnos puedan solucionar problemas en diferentes contextos socioculturales relacionados con su modo de actuación profesional. Este protagonismo participativo de matices socioculturales permitirá que el alumno comprenda el asunto o problema y tome una postura, decida cómo actuar y planifique estrategias y etapas para la acción desde una práctica formativa sociocultural.

De modo general, desde el redimensionamiento de su dinámica, las actividades dirigidas a la formación axiológico-cultural deben reunir algunas características esenciales como ser emotivas e intelectualmente retadoras, amenas, atractivas así como cooperativas, basadas en la actuación grupal pero con responsabilidad individual, variadas en cuanto a contenido, tipos y complejidad, facilitando con ello la posibilidad de expresar juicios y criterios valorativos.

Constituye un reto repensar la dinámica de este proceso en el logro de las condiciones favorables que posibilitan la creación de un clima propicio para esta formación axiológico-cultural; entre ellas se destacan:

  • Centrar la educación en las necesidades del proceso de formación del individuo.
  • Incentivar el respeto a la dignidad, el amor y la aceptación de la personalidad individual.
  • Promover el establecimiento de relaciones humanas de máxima comunicación.
  • Concebir la universidad como un lugar atractivo al mostrarse como la principal institución cultural de la comunidad.
  • Promover el pensamiento creador y las potencialidades máximas del individuo.
  • Desarrollar el pensamiento autocrítico y la valoración.
  • Despojar a la enseñanza de posturas autoritarias o repetitivas.
  • Evitar la  inercia, el conformismo, la no participación.
  • Lograr que el propio contenido de la enseñanza tenga un valor formador.

Se puede resumir la fundamentación teórica realizada, planteando que  ante las limitaciones del enfoque con que se ha fundamentado el proceso de formación de los estudiantes universitarios, se presenta la formación axiológico-cultural desde una concepción integradora de todos los procesos culturales que se desarrollan en los contextos universitarios, donde se propicia la valoración, la apreciación y apropiación de los valores culturales desde una práctica formativa sociocultural.

Con este análisis epistemológico se sintetiza que la formación axiológico-cultural constituye parte esencial del proceso de formación integral de los estudiantes universitarios. Desde una perspectiva desarrolladora de la educación posibilita la consolidación de una actitud creadora y transformadora con respecto a la realidad circundante y su inserción en los diferentes procesos culturales y éticos que se precisan en el contexto actual.

Al sistematizar todos los referentes teóricos anteriores, se evidencia el reconocimiento de la importancia de la orientación axiológico-cultural de los procesos universitarios. Sin embargo, al analizar dichos postulados epistémicos, gnoseológicos y axiológicos, no se encuentra una integración coherente y sistémica de los elementos que deben tenerse en cuenta si se aspira a elevar la calidad de la gestión de los procesos universitarios.

El reconocimiento de los valores como síntesis de cultura y factor indispensable en los procesos formativos universitarios, hace necesario el análisis de la formación axiológico-cultural en este proceso. Esta indagación no puede realizarse si no se tiene en cuenta el papel del profesorado universitario en la consolidación de dicha orientación axiológico-cultural de la educación superior.

Se aprecia énfasis en el conocimiento pedagógico y la competencia didáctica como un rasgo fundamental en la profesionalización de los docentes. Sin embargo, a los fundamentos culturares en el desempeño del docente no se le concede la importancia que requieren. La dimensión cultural de dicho proceso no queda suficientemente fundamentada o concretada en indicadores y acciones que integren competencias desde una perspectiva sistémica e integral en la consolidación del desempeño profesional pedagógico del profesorado universitario.

La profesionalización de los docentes universitarios tiene que dinamizar acciones y propuestas que potencien la capacidad de inserción del docente en el contexto sociocultural desde la extensión universitaria, que estén en correspondencia con los avances de la ciencia, la técnica, el arte, así como con las necesidades de la sociedad. Además, hay que tener en cuenta que este individuo va a contribuir a favorecer las estrategias de desarrollo económico, político, social y cultural del país por lo que se precisa de un redimensionamiento de la extensión universitaria, a partir de asumir la promoción cultural como método fundamental, llevando toda la cultura atesorada en la universidad a las comunidades y participando con ella en el desarrollo de proyectos comunitarios y sociales de todo tipo.

Para lograr esta perspectiva, es imprescindible asumir que las expresiones culturales no pueden estar aisladas de la labor docente propiamente dicha. Ambas se complementan y tienen el mismo propósito. Educación y cultura forman un todo, ambos procesos han de coadyuvar al logro de los mismos objetivos.

La profesionalización del profesorado universitario deberá propiciar que este se convierta en un promotor sociocultural desde la integración armónica y coherente de los fundamentos estéticos y culturales a su desempeño pedagógico. Se presenta como un proceso continuo dirigido a su mejoramiento profesional y humano para responder a las transformaciones que se requieren en los conocimientos, las habilidades y cualidades profesionales que deben integrar en su desempeño. A su vez, expresa la síntesis entre los valores y cualidades morales que caracterizan la esencia humanista del profesorado universitario y el dominio de los contenidos de la enseñanza junto a las habilidades profesionales que garantizan su desempeño profesional.

Redimensionar el alcance de la superación de los docentes a partir de la gestión cultural del proceso de profesionalización docente constituye un referente importante para el logro de su desarrollo profesional. Se parte de una concepción que reconoce sus potencialidades y contribuye a la preparación teórica y práctica en correspondencia con las demandas de su tratamiento y de la labor profesional, sobre la base de un saber pedagógico integrador de conocimientos, habilidades, procedimientos y valores, desde la sistematización de las ideas y juicios sobre la ética y estética, así como el establecimiento de relaciones esenciales con los procesos culturales.

A partir de los razonamientos anteriores, se asume la necesidad de integrar el componente cultural y axiológico al proceso de profesionalización del docente universitario para que pueda cumplir con los retos formativos que exige el desarrollo de la educación superior en el contexto actual, pues se asume la noción de que la dimensión axiológico-cultural de este proceso no ha sido jerarquizada consecuentemente. Todo lo anterior reafirma la necesidad de transitar de  un modelo educativo centrado en la enseñanza hacia un modelo centrado en el aprendizaje, lo que supone un gran cambio cultural para la universidad como institución educativa.

Resultan imprescindibles procedimientos de gestión cultural de la profesionalización docente que tributen al desarrollo de competencias culturales y modos de actuación en el colectivo pedagógico que les permitan gestionar de forma dinámica, diferente y creativa conocimientos de temas culturales paralelos y a la vez complementarios con su perfil que tributen al desempeño pedagógico cultural del profesorado universitario.

En el contexto de la Universidad de Ciego de Ávila, Cuba, como parte de un proyecto de investigación referido al perfeccionamiento del desempeño profesional pedagógico del docente universitario, se implementó el Procedimiento de gestión  cultural de la profesionalización del  docente universitario.

El procedimiento tiene como objetivo general: contribuir al desempeño pedagógico cultural del profesorado universitario para consolidar la proyección axiológico-cultural de  los procesos formativos universitarios. Tiene como elemento distintivo asumir los principios del trabajo sociocultural universitario y de la promoción cultural, en el desarrollo de modos de actuación profesional a partir de competencias culturales.

Se organiza a partir de los siguientes componentes:

  1. Organización axiológica y cultural de la profesionalización docente
  2. Implementación didáctico-metodológica

III. Evaluación

  1. Organización axiológica y cultural de la profesionalización docente

El objetivo de este componente es asegurar la organización y planificación de la profesionalización docente desde la gestión sociocultural.

El profesor deberá convertirse en un  orientador que diseñe las situaciones de aprendizaje que estimulen la formación y desarrollo de valores como reguladores de la actuación del estudiante, en condiciones de interacción social.

Ello implica proyectar tareas de aprendizaje que propicien la reflexión del estudiante en torno a la importancia de los valores que se pretenden formar para su vida personal y profesional, tareas que los estimulen a asumir una posición activa, flexible y perseverante en la expresión de sus valores como reguladores de su actuación en un clima de participación democrática sustentada en la aceptación, la confianza y el respeto a la diversidad de opiniones y en el que el profesor es una autoridad no impuesta sino ganada por su ejemplaridad y condición de modelo educativo.

Se integran acciones tales como:

  • Diseño de guías para el desarrollo de la autosuperación de los docentes en temáticas de promoción cultural.
  • Propuesta de temas y acciones culturales para ser insertados en los planes de desarrollo individual de los docentes.
  • Desarrollo de ciclos de conferencias especializadas:
  • La promoción cultural ante los retos de la universidad contemporánea
  • La dimensión axiológico-cultural de la profesionalización docente
  • La promoción de la cultura desde los requerimientos didáctico-metodológicos de  la profesionalización docente
  1. Implementación didáctico- metodológica

El objetico de este componente es desarrollar las acciones de profesionalización para el desempeño pedagógico-cultural del profesorado desde las dimensiones didácticas y metodológicas. Se integran acciones tales como:

  • Desarrollo de los talleres metodológicos de integración de saberes culturales referidos a los fundamentos axiológicos y culturales de la formación integral de los estudiantes universitarios.
  • Integración de las peculiaridades de la gestión de los procesos culturales a los fundamentos didácticos del proceso de enseñanza aprendizaje.
  • Realización de encuentros con el profesorado para debatir sobre la importancia de la gestión cultural como habilidad profesional y como proceso sustantivo de la universidad contemporánea.
  • Desarrollo de talleres de intercambio didáctico para el perfeccionamiento de programas de asignaturas desde los fundamentos de la promoción cultural y los valores culturales de la profesión.

lII. Evaluación

Objetivo: evaluar la pertinencia de las acciones realizadas en la consolidación del desempeño pedagógico-cultural del profesorado.

  • Determinación del porcentaje de cumplimiento de las acciones planificadas
  • Valoración del cumplimiento de las acciones desde el componente cultural contempladas en los planes de trabajo individual del profesorado
  • Visita a actividades docentes y metodológicas para valorar la inserción de los fundamentos culturales y axiológicos de la profesionalización docente
  • Determinación del impacto del procedimiento de gestión cultural de la profesionalización docente en el desempeño pedagógico cultural del profesorado universitario
  • Valoración de los cambios y transformaciones referidos al componente pedagógico cultural de su desempeño profesional desde la participación de los docentes

El Procedimiento de gestión cultural de la profesionalización docente se encuentra implementado en las estrategias de formación de postgrado y superación profesional del docente universitario desde las Ciencias Pedagógicas. Como resultados más evidentes en su implementación en la proyección del Centro de Estudios Educacionales de la Universidad de Ciego de Ávila, se destacan:

- Perfeccionamiento de los programas de la asignatura Didáctica que se imparte en los siguientes programas: Maestría en Ciencias de la Educación Superior, Maestría en Dirección del Proceso Educativo, Diplomado Predoctoral y Programa de Formación Doctoral

- Desarrollo de acciones de superación profesional: Impartición de tres ediciones del Curso La profesionalización del docente

- Perfeccionamiento del programa del Diplomado Fundamentos didácticos y pedagógicos de la nueva universidad cubana dirigido a adiestrados y profesores noveles

- Inclusión del Curso Educación en valores en el programa de la Maestría en Ciencias de la Educación Superior en su cuarta y quinta edición

- Elaboración de materiales bibliográficos, avalados por su nivel de actualización y pertinencia. Estos materiales se encuentran disponibles en el Gestor de información que como plataforma interactiva posibilita el acceso de todos los alumnos y profesores a su consulta y utilización

Después de implementado el Procedimiento se realizó un grupo de discusión donde participaron docentes vinculados a la propuesta. Después del intercambio y el debate, fueron reconocidos por los participantes, los siguientes aspectos:

  • Son evidentes las posibilidades que ofrece el procedimiento para el desempeño la preparación del docente en la formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios
  • Se logró la participación del profesorado desde el compromiso con su desempeño cultural
  • Resultó novedosa la inserción de los principios del trabajo sociocultural universitario y de la promoción cultural como fundamentos de la profesionalización docente en la contribución a la formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios
  • Reconocimiento de la motivación y satisfacción del profesorado por la contribución del procedimiento a su desempeño profesional pedagógico
  • Valoración positiva sobre los fundamentos y aplicabilidad práctica de la propuesta como punto de partida para proyecciones futuras tanto didácticas, metodológicas y de superación en la preparación integral del profesorado universitario para enfrentar los retos de la formación axiológico-cultural de los estudiantes universitarios

Conclusiones

Ante los retos de la educación superior, en el contexto actual, se asume la importancia de la formación axiológico-cultural del estudiante universitario como el componente del proceso de formación que sintetiza la interrelación entre la dimensión axiológica y cultural, cuyo propósito es desarrollar en los estudiantes la capacidad de responder y actuar ante los fenómenos de la realidad social y material, en concordancia a los valores y principios éticos, estéticos y morales de la sociedad a la cual pertenecen desde una proyección cultural.

Las insuficiencias del desempeño pedagógico cultural del profesorado universitario en esta intencionalidad formativa axiológico-cultural, evidencian la necesidad de resignificar el proceso de profesionalización del docente desde la interrelación del componente axiológico y cultural en procedimientos de gestión cultural de dicho proceso de profesionalización.

La evaluación de la implementación del Procedimiento de gestión cultural del proceso de profesionalización docente del profesorado universitario corroboró su pertinencia en la consolidación de la orientación axiológico-cultural de los procesos formativos universitarios.



[1] Betto, F. Educación crítica y protagonismo cooperativo/ F. Betto. - La Habana: Editorial Félix Varela, 2015. P.2.

[2] López, L. R. Ética, moral, valores y cultura/ L.R. López. -La Habana: Editorial Félix Varela, 2006. P 5.

[3] Fuentes, H. C. Pedagogía y didáctica de la Educación Superior / H.C. Fuentes. - Santiago de Cuba: Universidad de Oriente, 2009. P 6.

[4] García, S. La formación de valores: una problemática actual. Sus antecedentes en la pedagogía cubana / S. García. -La Habana: IPLAC, 1997. P 4.

[5] Prieto, A. Palabras en el IV Congreso de la UNEAC / A.Prieto. -La Habana: Editorial MINCULT, 1998. P 3.

[6] Piñera, Y. Aproximación al término de cultura general integral: un contenido indeclinable en la teoría y metodología de la Educación Artística /Y. Piñera. -La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 2013. P 14.

[7] Fuentes, H. C. La formación en la educación superior / H.C. Fuentes. - Santiago de Cuba: Universidad de Oriente, 2011. P 21.

[8] Moréns, A. Gestión socio-individual de la educabilidad cultural universitaria/ A. Moréns . - Santiago de Cuba: Universidad de Oriente, 2009. P 17.





(c) 2018 Исторические Исследования

Лицензия Creative Commons
Это произведение доступно по лицензии Creative Commons «Attribution-NonCommercial-NoDerivatives» («Атрибуция — Некоммерческое использование — Без производных произведений») 4.0 Всемирная.

ISSN: 2410-4671
Свидетельство о регистрации СМИ: Эл № ФС77-55611 от 9 октября 2013 г.